jueves, 19 de junio de 2008

Coger el toros por los cuernos

Cuando estuve paseando por Asakusa me acordé cantidad de este dicho pues me encontré con una vaca dorada en medio de una acera. Como parecía enfuscada y con ganas de fajarme no pude hacer lo mismo de la otra vez, así que tuve que apelar a mi fuerza y pararla en seco, jajaja...

¡Qué fuerte estoy!

Luego de un tenaz forcejeo gané la pelea y la ordeñé y todo.

Esto es la prueba de que no era un toro, de lo contrario no la habría podido ordeñar, jajaja...