El otro día mientras paseaba por las calles de Tokio encontré este auto parqueado casi a mi lado por lo que decidí tomarle algunas fotografías. No es la primera vez que lo veo aunque nunca lo había hecho de tan cerca. Apenas me dio tiempo a sacar un par de instatáneas cuando cambió la luz del semáforo.
Esta vez no lo oi transmitiendo ningún mensaje pero creo recordarlo las otras veces por Shibuya y Akihabara incitando la fe católica.
No es por nada, pero creo que yo no tendría suficiente valor para salir en un automóvil así. ¡Mi extravagancia no llega a tal punto! ¿Y ustedes? Jajaja...