viernes, 6 de febrero de 2009

¡Soy yo!

Hace cuestión de tres meses se destapó un caso de estafa general en Japón muy curioso a mi entender. Resulta ser que (fundamentalmente) el día del cobro de la pensión, hacia fin de mes, los ancianos recibían una llamada diciendo: "¡Soy yo! Necesito dinero que tengo un problema urgente". La persona le transfería dinero (no poco pero tampoco mucho) inmediatamente a la persona que llamó. Asumía que era un famliar: lo mismo un hijo, nieto que sobrino.

Fue tanto el robo que pusieron carteles en todos los cajeros automáticos y el día del cobro de las pensiones desplegaron a todos los miembros de la policía en cajeros automáticos para explicarle a los ancianos que no confiara en las llamadas a ese estilo y que lo comprabara par de veces antes de transferir dinero.

Para mí fue muy curioso, y supongo que para ustedes también, el hecho de que entre los miembros cercanos de la familia no se conozcan entre sí, no se vean o no se llamen para que confíen a la primera y transfieran dinero "a ciegas". ¿No creen?


Bueno, el hecho es que en el cajero automático del Banco Mizuho del campus de Suzukakedai todavía hoy se puede observar el cartel de advertencia. No sé si es porque se les ha olvidado quitarlo o porque se han acabado la estafas así, debe ser lo segundo. ¿Qué creen de todo esto?