viernes, 8 de mayo de 2009

Ayuda económica

Que el mundo está en una gran crisis económica creo que no es noticia para nadie ya. Que algunos países insertan miles de millones de dólares en los llamados planes de rescate para intentar salir del agujero, tampoco debe ser noticia sobre todo si tomamos como referencia el trabajo del nuevo presidente Barack Obama en los Estados Unidos, líder indudable de la economía mundial.

Si bien Japón no está aislado de lo que sucede globalmente, si no todo lo contrario, está de lleno en crisis también; desde mi punto de vista la situación es diferente a lo que veo que está sucediendo en otros países. No soy un entendido en la materia (más bien todo lo contrario) pero el haber vivido acá por dos años me ha forado a apreder cosas que ni imaginaba existían o que fueran como lo son en el ámbito económico. Creo que mis amigos Alain (A Japón) y Héctor (Kirai - Un geek en Japón) en sus correspondientes entradas (aquí y aquí) dejan bien claro la situación particular de Japón sin tener yo que profundizar más en la introducción.

Muchas personas han perdido sus trabajos en los últimos tiempos, sobre todo aquellas relacionadas con el sector automovilístico. Dentro de los despidos los extranjeros son los que se han llevado la mayor parte llegando a un punto en que el gobierno local les paga el pasaje de regreso a sus países si demuestran insuficiencia de fondos.

Por otra parte ha habido tanto una alza en el precio de los productos básicos (alimentos sobre todo) como una baja en los mismos. Cosas que se contradicen una a otra y me hacen pensar si realmente es un espejismo o la situación comienza a cambiar. Los equipos electrónicos si han ido bajando y bajando de precio aunque todavía están muy caros al cambio con el yen, que independientemente del valor que ha ido perdiendo en los últimos meses sigue siendo na moneda bien fuerte al cambio con las restantes divisas internacionales.

Bueno, creo que me fui un poquitín del asunto principal de esta entrada que básicamente es sobre la ayuda que en forma de paquete de estímulo para la recuperación de economías locales fue presentada ante las cámaras de gobierno por el primer ministro japonés Taro Aso.

Como tal consiste en darle 12 000 yenes (120 USD aproximadamente) a cada persona con residencia permanente o temporal en Japón con el objetivo de incentivar el consumo local y así recuperar en parte la economía (maltrecha por el no consumo). No sé hasta qué punto lleguen luego las consecuencias del gobierno con esto (deudas) pero hasta el momento los estudios realizados demuestran que lejos de ser guardados en los bancos el dinero está siendo gastado por los ciudadanos en diferentes cosas sobre todo en viajes, comida y electrónicos en ese órden. Con 12 000 yenes no se puede hacer mucho pero piensen que son 128 millones de japoneses, multipliquen y vean a lo que asciende (más de 1 billón y medio de yenes -15 mil millones de USD-).

Tanto a Ladys como a mí nos correspondió esa ayuda y para obtenerla solo tuvimos que llenar un formulario que nos llegó por correo postal con nuestros datos y enviarlo de vuelta igualmente por correo postal. Básicamente ya venía casi lleno, solo faltaba los datos de la cuenta bancaria (por cierto la mía, jajaja...) y la firma (también la mía, jajaja...). En estos días ya debo recibir la transferencia aunque el dinero ya lo gasté en la nueva computadora que necesitaba, jajaja...

En mi municipalidad todo fue a través del correo postal y en la parte posterior del formulario explicaba los pasos a seguir e instrucciones de cómo llenarlo en japonés, inglés y español. Esto es bien importante pues apenas anunciaron lo de la ayuda económica comenaron a darse casos de estafas a personas mayores que viven solos. La cosa era que llegaba alguien (generalmente una muchacha joven) a la casa de los ancianos y les decía que venía de la municipalidad para explicarle el ayudar en el proceso teniendo en cuenta que sabían que el dueño/a vivía solo. Le pedía que le adelantara cierta cantidad de dinero para trámites que luego el gobierno se lo devolvía y cuando salía a supuestamente hacer esos trámites nunca regresaban. Las personas mayores al cabo de las horas llamaban a la municipalidad preguntando por el recibo, la muchacha, etc. y tanto los trabajadores de la municipalidad como los estafados se quedaban sorprendidos e indignados. Ya les había narrado algo parecido en esta entrada.

Me gustaría que me comentaran sus impresiones en sus respectivos países sobre todo lo que aquí comento: crisis, estímulo, fraude, etc.